Horacio Gutierrez Vecino
de su libro inédito
"Revisión Infancia"
A pesar que para mi toda la infancia era, fue, solo jugar y jugar, recuerdo que en ocasiones el tiempo no pasaba, es verdad que esto es común a todos los niños, que esperar simplemente la hora del recreo, o que llegara vacaciones, o cambiar de curso, podía convertirse en algo interminableEl tiempo cuando uno es niño, pasa lentamente, debido a la inconsciencia del valor del mismo. Escucha a los mayores decir constantemente frases como,
“Que rápido pasa el tiempo”, “El tiempo pasa volando”, “La vida es un soplo”,
O aquella que, recuerdo pronunciaba mi Padre con cierta frecuencia,
“Vamos, que el tiempo es oro”
O aquella otra, algo más profunda de,
“Hay que vivir mucho para darse cuenta que la vida es corta”, Frases dichas infinidad de veces y que has ido oyendo toda tu vida, sin prestarle la más mínima atención, como si eso no fuera contigo, cosas de los mayores, que solo afectan a los demás. Y sin darte cuenta llega un momento en el cual, comienzas a ver, a sentir la realidad reflejada en esas frases, e incluso tú mismo empiezas a pronunciarlas.
Un motivo natural, es, el tener puntos de referencia a tu lado, como pueden ser los hijos, que sin darte cuenta se han hecho adultos y llega el momento de hacer cuentas, sumando o restando, depende de lo que hables.
Ahora eres tú el que las pronuncias demasiadas veces, pero sirve de poco.
Lo aprenderán por si mismo y pasado el tiempo, que sin duda pasa “volando”.
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