Los grupos políticos de la oposición dieron ayer un espectáculo lamentable al alterar gravemente el orden en el pleno extraordinario solicitado por IU para tratar sobre las movilizaciones de un grupo de trabajadores del Ayuntamiento.
La actitud antidemocrática de los señores Arregui y Goro, así como la de parte del público que ellos habían convocado, que no permitieron hablar al portavoz socialista, provocó que se suspendiera la sesión
La estrategia de IU e IPGE, que poco antes de iniciarse el pleno ultimaban juntos en una cafetería cercana, era clara: calentar el ambiente. Llamaron a sus adeptos para que llenasen el salón, aunque no lo consiguieron porque muchos simpatizantes socialistas estaban allí apoyando al Equipo de Gobierno. La presión llegó hasta tal punto que algunos seguidores de los partidos de la oposición se colocaron detrás de los concejales del PSOE con camisetas reivindicativas.
Las intervenciones del señor Arregui y de Goro fueron discursos demagógicos. El señor Goro quiso dar lecciones de ideología de izquierdas, cuando todo el mundo sabe que se cambió la chaqueta y se situó del lado de los representantes de la derecha histórica de Gerena para fundar el IPGE. ¿A quién quiere engañar? Pero peor fue lo del señor Arregui, el que fuera responsable como alcalde de despedir a las trabajadoras de la guardería y de la televisión municipal que él cerró, o al bíbliotecario, o como gerente de dejar en la calle a los empleados de la arruinada Pangerena. ¿Con qué legitimidad puede este señor acusar a los socialistas de ir contra de los trabajadores?
Bochornosa fue la actitud de Goro y del señor diputado y coordinador provincial de IU, Arregui, al que los concejales socialistas y el público escucharon sin interrupción alguna, y se les permitió que doblaran el tiempo que el alcalde les concedió en sus respectivas intervenciones como muestra de buena voluntad. Cuando le tocó el turno al portavoz socialista, Javier Fernández Gualda, las interrupciones fueron continuas. Apenas pudo avanzar en su discurso porque a cada instante Arregui y Goro vociferaban, al igual que algunos de sus seguidores en el público. Un comportamiento absolutamente anti democrático.
Inaceptable y vergonzosa fue también la actitud del ex oficial de la Policía Local, situado justo detrás del concejal de Personal, que no paraba de interrumpir con acusaciones de todo tipo, desoyendo las órdenes de la presidencia para que guardase silencio.
Quienes iban a reventar el pleno no querían oir explicaciones, por eso no permitían que el concejal de Personal hablase. Ante esata situación, el alcalde decidió con buen criterio suspender el pleno, en lugar de desalojar la sala, que era lo que buscaban: espectáculo (las elecciones están cerca). Lo que les importaba era montar un guirigai y que no se dijese lo que ya saben: que a Paco del Valle y Marcelino Corrales -del que ninguno de ellos se acuerda- se les rescindió su contrato porque un juez anuló sus plazas tras la denuncia de un vecino que se presentó a esas pruebas. El Ayuntamiento se limita a cumplir esa orden judicial y respeta las acciones legales que cualquier trabajador pueda emprender, y acatará la decisión que la Justicia tome en cada momento.
Manifestamos una vez más que sólo una minoría de los trabajadores apoyan las movilizaciones. La mayoría entiende que en un momento de crisis, con un decreto de ajuste de sueldos en la función pública, no es posible aplicar subidas salariales ni ejecutar complementos extraordinarios. El PSOE se mantiene firme en su decisión, desde la responsabilidad de quien debe gestionar los recursos de todos, y con la prioridad de pagar la nómina mensual a los emplados municipales. La algarada, la provocación y los insultos no conseguirán que los socialistas caigamos en la irresponsabilidad.
http://www.psoe.es/ambito/gerena/news/index.do?action=View&id=470051
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