domingo, 2 de diciembre de 2007

Daniel Luque convenció en Quito pero la tarde fue gris por la mansedad de los toros

La fuerte petición de oreja que escuchó Juan Bautista y algunos pasajes que fueron ovacionados de modo intermitente cuando los jóvenes Joao Moura, hijo y Daniel Luque -quien confirmó su alternativa- lograban acoplarse con sus enemigos, son el pobre saldo de una corrida que despertó expectativa en taquilla.Se anunciaron en principio toros de Mirafuente. Luego se dio a conocer la sustitución de tres del hierro titular por tres de Santa Rosa.
Cuando me pongo delante del toro la muerte está presente. No lo puedo describir mejor, sinceramente. Sebastián CastellaMatador francésAl final, uno de este segundo hierro fue inutilizado antes de aparecer por la puerta de chiqueros, con lo cual se presentó un sobrero de tipo camargués que terminó por desafinar todo. El segundo de la tarde, de Santa Rosa, tuvo buen son pero duró poco. El mejor salió en el tercer lugar, de Mirafuente, noble y repetidor.El rejoneador portugués Joao Moura hijo poco pudo hacer con su primero, que poco interés mostraba por embestir, como no sea lucir a sus cabalgaduras. Los quiebros fueron lo más destacable, pero los arreones del toro pegaron reiteradamente a las jacas. Intentó con banderillas cortas a veces con suceso y las más, sin acierto. Rejonazo tendido y pinchazo trasero.Tras encelar al cuarto, con Dinis, hizo una labor que alcanzó brillo con algunas farpas y banderillas cortas, incluso al violín, y alguna pirueta de obsequio.Montó sobre Mostaza para las cortas y remató con Peramanca de un rejón defectuoso, que descordó a la res y el público confundió con un certero rejón y hasta pidió sin razón una oreja.
La feria muestra una gran solvencia, tanto en cuestiones de organización y seguridad como artísticas. Polo RoseroGanadero y empresarioJuan Bautista saludó al tercero, de Mirafuente con limpios lances de recibo y chicuelinas de sello pinturero. Tras dos puyazos de Hernán Tapia y un par de El Tortuga, el francés hilvanó un templado inicio de faena, que alcanzó cotas superiores en dos toreras series sobre el pitón derecho, a un toro que embestía con boyantía.Pero allí, una ráfaga de viento cortó el ritmo con que venía desenvolviéndose la lidia y ya no fue lo mismo al ensayar por naturales. Tras los molinetes de adorno la embestida ya lució descompuesta. Con una estocada de buena ejecución pero algo desprendida, el público pidió una oreja que la autoridad no consideró.Como se estropeó el toro reseñado, salió un sobrero de feas hechuras con los pitones como lira, al estilo de aquellos que pueblan la Camarga francesa. Y el torero galo poco pudo hacer tras ordenar que se sobren los picadores de castigo para ‘domeñar’ al manso, doblarse y matar de estocada baja.
Daniel Luque, con apenas 18 años cumplidos, confirmó en Quito su alternativa y dejó una buena tarjeta de presentación. Su primero remató derrotando con la pala del pitón en la cabeza de Gabriel Caza y partiendo las tablas de un burladero. La res de Santa Rosa se prestó para el lucimiento pero duró poco. Tras un puyazo de Tapia y un buen par de Calahorrano vino la ceremonia de confirmación y una corta pero bien concebida faena con pases de suavidad y temple, toreros derechazos y enjundiosos naturales. El toro se quedó corto, arrancó buenos circulares y mató de estocada, pinchazo hondo y descabellos.El torero de Gerena dejó la impronta de dos series de buena factura en el sexto al que mató de pinchazo hondo y bajonazo.

Requiebros pensando en el tendido. Ante la falta de un toro que embista con codicia, Joao Moura hijo se dedicó a hacer lucir sus cabalgaduras.

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