El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón comparó hoy las técnicas de represión utilizadas por el éjercito sublevado y por la dictadura de Franco con las utilizadas durante el régimen nazi en Alemania para argumentar su decisión de investigar los fusilamientos y las desapareciones de la Guerra Civil y la posguerra. En concreto, el juez, a través del auto hecho público hoy, señala que la eliminación sistemática de los enemigos llevada a cabo por el bando nacional durante la Guerra Civil y la dictadura de Franco fue una acción "planeada y concertada", similar a las órdenes e instrucciones dictadas en la Alemania nazi. El hecho de que los fusilamientos y detenciones llevadas a cabo por el bando nacional contra sus enemigos se hiciese de forma sistemática y planeada es un requisito indispensablea para que los delitos cometidos puedan ser considerados como crímenes contra la humanidad. Este argumento es primordial ya que Garzón se basa en él para señalar que, al tratarse de crímenes contra la humanidad, los delitos no han prescrito, ni siquiera al amparo de la Ley de Amnistía de 1977, y además son competencia de la Audiencia Nacional. El auto señala que el alzamiento de Franco "fue una decisión perfectamente planeada y dirigida para acabar con la forma de Gobierno de España, atacando y ordenando la detención e incluso la eliminación física de personas que ostentaban responsabilidades en los Altos Organismos de la Nación". Esta planificación llevó "a la detención, tortura, desaparición forzada y eliminación física de miles de personas por motivos políticos e ideológicos, propiciando, asimismo, el desplazamiento y exilio de miles de personas, situación que continuó una vez concluyó la Guerra Civil". Para demostrar este extremo, Garzón recoge en su auto varias declaraciones de Franco al diario estadounidense "Chicago Daily Tribune" en julio de 1936, en las que aseguraba que estaba dispuesto "a acabar con la mitad de los españoles si ello es necesario para pacificar el país". Además, recoge las declaraciones del capitán Gonzalo de Aguilera al periodista norteamericano John T. Whitaker, en la que el militar señalaba que había que "matar a todos los rojos para extirpar el virus bolchevique y librar a España de ratas y piojos". También cita al general Mola, quien el 19 de julio de 1936 dijo que era necesario "propagar una imagen de terror. Cualquiera que sea, abierta o secretamente, defensor del Frente Popular, debe ser fusilado". Por su parte el general Queipo de Llano, también al inicio de la contienda, dijo, en declaraciones a Radio Sevilla, "nuestros valiente legionarios y regulares han enseñado a los rojos lo que es ser un hombre de verdad. De paso también a las mujeres de los rojos que ahora, por fin, han conocido hombre de verdad y no castrados milicianos. Dar patadas y berrear no las salvará".
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